En los últimos diez años, la tecnología ha avanzado y la resistencia del cemento dental se ha vuelto considerablemente más fuerte. Esto nos ha permitido adherirnos a los dientes sin tener que prepararlos, preservando así la estructura del diente. Estos tipos de puentes se denominan puentes adhesivos y son mucho más conservadores. Si observa la imagen de abajo, el puente tiene alas a cada lado del diente postizo y estas están adheridas a las superficies posteriores de los dientes adyacentes. La principal ventaja es que requieren poca o ninguna preparación dental y, por lo tanto, son amables con los dientes. Sin embargo, estos solo se pueden usar en circunstancias específicas y generalmente no funcionan bien para los dientes posteriores. Dependen de tener buenos dientes fuertes a los que adherirse, por lo que si sus dientes adyacentes están muy obturados, es posible que no funcione. Además, las tasas de éxito son significativamente más bajas que las de los puentes convencionales.